Ignacio Zoco, leyenda de Real Madrid y Osasuna
García Remón e Ignacio Zoco en el Real Madrid
El
navarro Ignacio Zoco fue uno de los jugadores más representativos que
defendió la camiseta del Real Madrid y el Osasuna, los dos equipos se
enfrentan hoy en la 19ª jornada del campeonato nacional de liga.
Días después de que Sparwasser hiciera
estallar una guerra futbolística y política entre el este y el oeste
alemán, y en la víspera de la victoria de la RFA ante Suecia en la
segunda fase del mundial con una magnífica actuación de los Muller,
Overath o Paul Breitner, jugaba su último partido oficial Zoco. Lo hizo
en la final de copa de 1974 ante un Barcelona sin Cruyff ni Michels,
levantando el penúltimo trofeo de la competición con Franco en vida y
con el príncipe Juan Carlos en el palco de autoridades. Los goles de
Santillana, Rubiñán, Aguilar o Pirri, fueron una losa insalvable para el
reciente campeón de liga. Ignacio Zoco, el veterano centrocampista que
ese día ponía fin a su trayectoria, salió al campo unos minutos; un
detalle de Molowny para el que había sido santo y seña del club en las
últimas 12 temporadas.
De Garde a Madrid
Ignacio
Zoco Esparza era robusto como una piedra. Poderoso en el choque y con
una gran zancada, su 1,84 de estatura era la mejor carta de presentación
con la que mostrar al mundo su imponente presencia física. Nació en
Garde, una localidad navarra del Valle de Roncal, no muy lejana a la
provincia de Huesca. Comenzó a jugar en el Esperanza de San Francisco
Javier para incorporarse después al juvenil del Club Deportivo Oberena,
donde alcanzó el primer equipo (que jugaba en tercera división) en 1957.
Su vida quedará ligada muy pronto a Osasuna, entidad con la que debuta
como futbolista profesional cumpliendo su gran sueño de infancia. En el
equipo pamplonica y en su legendario campo de San Juan, vivió Zoco las
primeras alegrías: en 1961 se proclama campeón de segunda división tras
haber sido partícipe del anterior descenso siendo muy joven. El 2 de
Abril de 1961 se estrena en Grenoble con la selección española B. Aquel
día junto a él, fueron alineados Marcelino o Calleja, hombres que
curiosamente ganarían al lado de Zoco la Eurocopa de 1964 ante la URSS.
Su historia en la selección absoluta
comenzó en la fase previa de la Copa del Mundo de 1962. Zoco debutó en
el demolido estadio galés de Ninian Park, disputando los 90 minutos de
un partido que España remontó y terminó ganando gracias a un tanto de Di
Stefano en el último cuarto de hora. Por diferentes razones, ninguno de
los dos, ni el hispano argentino ni el mencionado Zoco, llegarían a
estar presentes en la fase final del campeonato.
Zoco comenzó la década de los sesenta
jugando para Osasuna, y junto a Félix Ruiz (Olite, 1940), habían
despertado el interés de los equipos grandes. El Barcelona parecía tener
una opción sobre ellos, ya que tiempo atrás cedió jugadores al conjunto
rojillo, pero Santiago Bernabeu se adelantó esta vez. Aunque no sería
hasta finalizada la temporada 1961-62 cuando Zoco formalizaría su
incorporación con los blancos, ya que si bien había firmado tras su
brillante campaña en segunda división, quedó cedido una temporada más en
Osasuna, fogueándose con los mejores en la máxima categoría de nuevo.
Los dos jugadores navarros, Ruiz y Zoco, coincidirían más tarde en el
conjunto blanco, siendo Félix Ruiz protagonista de un desafortunado
incidente provocado por Gianni Rivera, ya que se rompió la clavícula
tras una entrada de éste durante un Real Madrid-Milan en 1964.
La llegada de Zoco al Madrid se produjo
en un período de transición para el equipo entrenado por Miguel Muñoz,
que había arrasado en la campaña anterior a nivel nacional anotándose el
doblete, pero perdió la final de la Copa de Europa en el Estadio
Olímpico de Ámsterdam ante el Benfica. Seis millones de pesetas pagó el
club de la capital para hacerse con los servicios de Félix Ruiz e
Ignacio Zoco en 1961. Un dinero bien invertido teniendo en cuenta que el
futbolista se convertiría en toda una leyenda en los siguientes años:
una de las perlas del Real Madrid Ye-yé. Como recordaba José Luis
Guerrero en un reportaje para el Diario AS, Santiago Bernabeu llamaba a
Zoco cariñosamente “el paleto”, debido a sus nulas ascendencias
futbolísticas .
De aquel Real Madrid subcampeón de
Europa terminaba de marcharse Luis Del Sol rumbo a Italia, un destino
que ya había elegido un año antes Juan Santiesteban. No eran buenos
tiempos monetariamente hablando para el fútbol español, que difícilmente
podía equipararse al Calcio italiano en esta cuestión. Joaquín Peiró,
el mencionado Del Sol o el peruano Seminario, llegaban a un fútbol donde
ya estaban Herrera o Suárez. Pero el Real Madrid no quiso perder el
tren del mercado, y junto al navarro Zoco llegaron a Madrid Lucien
Muller, un interior diestro que aterrizaba desde el Stade de Reims y el
brujo Amancio Amaro.
El Real Madrid en África
En verano de 1962 se produce el debut de
las nuevas incorporaciones. La cita llega nada más y nada menos que
durante una gira por África. El Real Madrid se enfrenta a un combinado
de Ghana, los Black Stars. Los de Muñoz firmaron un mal partido en el
que empataron a tres a duras penas. Por cierto, ese día Zoco marca su
primer tanto con el Real Madrid.
Antes de retornar a España, viajan a
Marruecos, donde toman parte en el primer Trofeo Mohamed V de la
historia. Pierden su semifinal ante el Inter de Luis Suárez, y más
tarde, un equipo formado por Vicente; Casado, Marquitos, Miera, Zoco,
Santamaría, Amancio, Yanko Daucik, Di Stefano, Puskas y Bueno, es
sorprendentemente batido por el FAR Rabat local. La derrota por 4-3
constituyó un capítulo decepcionante para los miles de españoles que
esperaban al Madrid en Casablanca. Santiago Bernabeu, que fue
condecorado por Hasán II en el terreno de juego, tuvo que soportar el
mal juego de un equipo al que le costaría arrancar; a buen seguro el
vestuario escucharía más de una “Santiaguina” ese verano.
Aquella primera temporada, Zoco sólo
disputa 13 partidos en el campeonato, aunque gana su primera liga. Un
año más tarde llegará la consagración: vuelve a ser campeón y consigue
un rol más importante dentro del once titular. Además , el 21 de Junio
forma parte del brillante equipo que se proclama campeón de Europa de
selecciones nacionales. El Bernabeu comienza a ser su casa, su lugar de
triunfo.
La Copa de Europa se le resiste hasta
1966. Antes de ganar la Eurocopa, el Inter de Herrera se interpuso en su
camino. En Heysel ante el Partizan, el Real Madrid gana la sexta Copa
de Europa de su historia. Zoco juega los nueve partidos de la
competición, siendo parte de un conjunto legendario que pasará a la
historia del fútbol europeo, ganando un trofeo que será otorgado al Real
Madrid en propiedad al año siguiente.
Más de 50 partidos en la Copa de Europa,
358 en el campeonato de liga, 25 internacionalidades, una Copa de
Europa y una Intercontinental, 7 ligas y 1 Eurocopa con España… después
de su despedida oficial en la final de copa de 1974, recibió un caluroso
homenaje con más de 100.000 almas en el Santiago Bernabeu de Madrid.
Los blancos ganaron ese día 3-0 al Panahtinaikos griego. Se marchaba el
capitán Ignacio Zoco Esparza.
Ricardo Zamora Martínez, era conocido como "el
divino". Un adjetivo que describe el efecto que Zamora tenía sobre las
aficiones y sobre los delanteros rivales. Su paso por el fútbol español dejó
una profunda huella. Su siempre perfecta posición cubriendo la portería, la
seguridad que mostraba en todas sus acciones, sus increíbles reflejos, nervios
de acero y personalidad. Sin duda uno de los mejores jugadores españoles de la
historia.
El momento más brillante de su carrera llegó
pronto, en 1920. La selección española acudió a los Juegos Olímpicos de Amberes
con el objetivo de alcanzar el podio. Ricardo Zamora se convirtió en la figura
del equipo y logró el reconocimiento mundial. Desde entonces, se le consideró
el mejor portero del planeta. En Amberes, España actuó por vez primera como
selección de fútbol en un torneo oficial. Su participación fue un gran éxito,
ya que alcanzó la medalla de plata tras ganar cuatro partidos y perder sólo
uno. En el primer encuentro, contra Dinamarca, España se impuso por 1-0 y el
guardameta fue sacado a hombros del estadio. En estos Juegos nació la furia
española y se consagró Zamora. Cuatro años más tarde, participó en los Juegos
de París. Su última aparición con la selección fue en 1939, en un partido
amistoso jugado en el estadio de Montjuic, ante Alemania.
Los aficionados más veteranos todavía recuerdan
sus extraordinarias intervenciones. Fue el inventor de la "zamorana", un
recurso consistente en despejar con el antebrazo el remate de los delanteros.
Una suerte que pocos se han atrevido a intentar desde entonces. Como homenaje a
Zamora, el trofeo que premia al guardameta menos goleado de la Liga lleva su
nombre. De haberse concedido en su época, lo habría ganado tres veces, en la
temporada 12929-30 con el Espanyol y en las de 1931-32 y 32-33 en el Real
Madrid. Su ciudad natal, Barcelona, también le homenajeó poniendo su nombre a
una plaza que se encuentra al lado del estadio del Espanyol.
Murió en 1978 en Barcelona y obtuvo a título
póstumo la Medalla de Oro al Mérito Deportivo.
Fernando
Redondo nació en Adrogué, en 1969, cuando el frío del otoño austral
remoloneaba por las praderas de la inmensa y fértil provincia de Buenos
Aires. Ese día, don Fernando, próspero industrial, mostraba orgulloso a
familiares y amigos al primogénito recién nacido. Alguien dijo: "este
niño será Gardel o artista". Todos sonrieron, pero no andaban muy
convencidos. Entre apuestas interiores sobre si sería catedrático, mago
de las finanzas, Richard Gere o consumado político, alguien se llevó la
porra al augurarle gloria bendita en fútbol. Siempre fue un chico
aplicado y responsable. Don Fernando y Doña Luz Cristina le inculcaron
desde niño el sentido del deber y la disciplina. Siempre ha roto moldes
y bocetos: de buena planta, nunca ejerció de "guapo"; sacaba excelentes
notas y, sin embargo, estaba en las antípodas del empollón; gambeteaba a
la manera del maravilloso "Beto", pero no necesitaba del fútbol para
sacarse las telarañas del estómago.
Debutó
en la liga argentina con tan sólo 15 años de la mano de Yudica contra
Gimnasia y Esgrima. Con el técnico Nito Veiga vivió sus mejores momentos
como "cinco" de Argentinos. En 1.990, quedó libre por una mala gestión
de su club y fichó por el C.D. Tenerife, a pesar de tener múltiples
ofertas del Calcio italiano. Cuando firmó por el Tenerife, decidió
aparcar sus estudios, aunque asegura que cuando se retire de la alta
competición proseguirá con ellos.
En
la pretemporada del año 94, en San Mamés (campo del Ath.Bilbao), sufrió
una grave lesión a causa de una entrada de Mendiguren, lo que le impidió
poder comenzar la liga con el equipo merengue; Luis Milla ocupó su lugar
en el campo, y el equipo ganaba los partidos. Esto provoco el debate de
si debía jugar Redondo o Milla, pero el día de su reaparición,
precisamente en Bilbao, Redondo salió en sustitución de Milla y se echó
el equipo a las espaldas, logrando remontar el partido.
Ese
año jugó 23 partidos y su equipo ganó la liga. Al año siguiente
(temporada 95-96) habían llegado refuerzos extranjeros como Rincón o
Esnáider, por lo que el puesto dentro del once titular se había puesto
muy caro, sin embargo Valdano seguía apostando por él. Pero cuando
comenzó la liga, el Real parecía que no funcionaba. En la tercera
jornada el Madrid se enfrentaba contra el Real Oviedo, el equipo perdía,
y el público comenzó a pitar a Redondo. Fueron sus peores días como
jugador madridista. A partir de aquí, Redondo comenzó a entonarse
conforme pasaban los partidos llegando un gran partido en el Real
Madrid-Juventus de Turín de la copa de Europa (actual Champions League).
Redondo esperaba impaciente el partido de vuelta, hasta que tres días
antes, en un partido de liga contra el Albacete Balompié, un tal Josico
(ver foto) se cargaba a Redondo con una entrada propia de un jugador
ruin, que dejaba al Real seriamente mermado de cara al trascendental
partido ante la Juve; partido trágico en el que el Real Madrid quedó
eliminado de la copa de Europa. Esa temporada, Redondo terminó siendo el
mejor del Madrid junto con Raúl, jugando otros 23 partidos de liga.
En
la temporada 96/97 llegaba Capello, que después de una lesión en la
pretemporada, parecía no contar mucho con él. Tampoco pudo comenzar la
liga, pero sin él , el equipo no funcionaba y todos pedían a gritos su
presencia en el once. Con su reaparición, el Real comenzó a jugar mejor
y se hizo imprescindible en los esquemas de Capello. ![Foto oficial [38kb]](http://www.realmadridfans.org/redondo/redond8.jpg)
Luis
Molowny Arbelo vio la luz el 12 de mayo de 1925 en las Islas Canarias.
Desde su infancia el pequeño Luis, ojos azules y pelo rubio, que
denotaban el origen irlandés de su apellido, pateaba por las tierras
de su patria chica, Tenerife, todo lo que se ponía por delante de sus
zapatos. Su afición por el fútbol era superior a cualquier otro
entretenimiento. Pero no será hasta los 15 años cuando se tome este
deporte “en serio”. A esa edad realiza unas pruebas en el Tenerife que
en aquellos tiempos hacía captación de jóvenes valores canarios para
potenciar a su equipo.
Así,
de esta manera tan singular, fue como Molowny firma por el Santa Cruz,
de Primera Regional, pero la corta edad no le permite jugar partidos
oficiales, ya que el reglamento establecía el tope mínimo para la
categoría en los 18 años. Molowny hubo de conformarse con disputar
amistosos.
Pugna
Real Madrid-Barcelona
Es
en la temporada 46-47 cuando se integra en la plantilla blanca. Su
acoplamiento, tanto personal como deportivo, fue perfecto. Su debut se
produce en el estadio Metropolitano precisamente ante el Barcelona.
Hay que hacer notar que el Real Madrid jugaba en este campo por estar
Chamartín en obras. La expectación entre los aficionados es enorme
para ver en acción al interior canario del que se cuenta y no se
acaba.
El
gran espaldarazo deportivo le llegaría a Molowny en las Navidades de
1946. Por esas fechas, un excelente equipo argentino, el San Lorenzo
de Almagro, cuajado de grandes figuras, se encontraba por tierras
españolas.
Memorable
victoria
Anuncia
entonces que deja el banquillo, donde tanto sufre, para ocupar el
puesto de manager general del Real Madrid, cargo que desempeñó hasta
el año 1990, en el que tras diecinueve años como manager del Real
Madrid decidió retirarse definitivamente e instalarse en sus queridas
Islas Canarias, donde reside en la actualidad. Como entrenador
consiguió tres títulos de Liga, dos Copas de España y una Copa de la
UEFA.
